jueves, 6 de enero de 2011

PARA LLEGAR AL ÉXITO

COPIALO Y TENELO PRESENTE
1. Elijo estar siempre de la mejor manera posible con cada persona con quien me encuentre. La alegría y la esperanza son mi marca personal.
2. Me levanto bendiciendo cada día, sonriendo y pensando en el éxito, el amor, la salud y prosperidad, esto potencia mi energía y me carga de paz interior para todo el día.
3. Agradezco profundamente cada cosa que existe en mi vida, todo es un milagro, no hay nada en ella que de por sentado
4. Releo y repienso las metas y objetivos de cada área de mi existencia, están puestos por escrito y firmados, con fecha de realización.
5. Uso el poder de mi pensamiento positivo y a la Ley de la Atracción con afirmaciones vivenciadas de forma consistente cada día, para motivarme y mantener mis metas y objetivos
enfocados.
6. Uso mi imaginación poderosa y la visualización para anticipar  buenos resultados de todas las actividades que realizo. Esto  me da una ventaja considerable.
7. Soy una esencia espiritual, emanada del Centro Divino haciendo una experiencia humana, en eso medito todos los días.
8. Es mi responsabilidad y sólo mía, mantener viva la llama de mi motivación, por eso me esmero en crear y practicar.
9. Expreso mi amor a las personas que me rodean, expresar el amor auténtico sana el alma y mantiene vibrante mi espíritu.
10. Soy un ser único e irrepetible, por lo tanto me amo y me acepto tal como soy, siempre puedo estar y ser mejor, además reconozco que mi felicidad es mi elección y mi trabajo; se que estando bien yo puedo irradiar bienestar y felicidad a cada ser con quien me encuentro.
Un abrazo,
Tabby

MATEANDO CON VOS

Charlemos un poco…
Vení, sentate, tengo ganas de charlar con vos.
¿Tomamos unos mates? ¿Dulces o amargos? ¿Así está bien?
Hace varias semanas que no nos vemos. ¿Cómo te ha ido en este camino de revalorizar la vida?
Sé que es difícil romper las ataduras de la costumbre, hemos sido muy mal entrenados para vivir una existencia plena.
A nadie le importa que seas libre, sólo a vos. La libertad implica responsabilidades, cosa que no todos estamos dispuestos a asumir. Es bueno recordar la cantidad de veces que preferimos culpar a los demás sin darnos cuenta que somos los creadores de nuestro destino.
Cuando decimos que el dolor es una elección, la gente nos mira incrédula, pero es la verdad, claro que resulta difícil entender que elegimos sufrir, pero es lo que conseguimos cuando depositamos en manos ajenas la construcción de la felicidad. Cuando esperamos que otros reconozcan nuestro valor, nuestra belleza, nuestro amor, nuestra colaboración, nuestra fidelidad, en fin, nuestra forma de aportar a la supervivencia de los otros.
Para colmo, cuando amamos, nos transformamos en la sombra de ellos, se acostumbran a que estamos allí y dejan de vernos y reciben de nosotros todo con naturalidad. Y cuando desaparecen de nuestra vida nos sentimos vacíos, como girando en el aire, sin piso para reorganizarnos, sin proyectos, en la nada.
Por eso te digo: ayudar, si, pero sin fusionarnos con los otros, manteniendo nuestra integridad, nuestra libertad de decir SI o NO ante una demanda, evitando la naturalización de nuestros aportes.
Es fundamental desterrar el mito de la MEDIA NARANJA en las relaciones de pareja, que lleva a una subordinación de la propia personalidad para compatibilizar con el otro. Lo SANO es sentirse un ser completo que se relaciona con otro ser completo, respetando las individualidades, para que ambos se realicen satisfactoriamente sin que ninguno renuncie a sus proyectos propios en beneficio de los del otro, sino que concuerden, también, un tema común, como los hijos, la casa, las vacaciones, etc.
Pensalo, planteátelo, mirá la vida desde tus ojos, no de los de los demás, por más que te amen, por más que los ames.
Este mate ya se lavó, muchos silencios para pensar, lo aburrieron…
Además es hora de trabajar.
Un abrazo, la seguimos otro día.
Tabby

La vejez Alfredo Moffat Psicólogo

La negación de la edad es una tontería. Yo tenía miedo a esta etapa que empieza después de los sesenta años. Ahora, que más o menos estoy instalado en ella (tengo setenta y tres años), me doy cuenta que se me ha simplificado la vida, y la mayor parte de las cosas que antes me preocupaban, ahora creo que son boludeces, pero quedó lo esencial: el amor, los hijos, la justicia social, la solidaridad (y también el dulce de leche y la crema chantilly…)
Esta edad no está tan mal, el tema de la muerte siempre angustia, pero yo creía que iba a ser peor. Es una tontería hacerse el pendejo, fíjense si tuviera que ir al gimnasio, sería todo un laburo y no podría gozar de esto de hacerme el filósofo. Cuando cumplí sesenta años hice una fiesta en la Escuela. Y dije: tengo dos caminos, o me convierto en un viejo sabio, o en un viejo pelotudo. Lo último me pareció aburrido.Cuando no asumís la edad, no gozás ni la una ni la otra.
El temor a la vejez hace que la ocultemos, que sea considerada como algo indigno, a ocultar en un geriátrico porque ya no servimos más.
Acá en la Argentina tenemos la cultura de Mirta Legrand, pobre Mirta, para conservar la juventud debe usar una máscara de cirugía y no está gozando de esa edad.
Cuando estuve en Estados Unidos había una actriz que había sido muy famosa, Bette Davis, que ya estaba muy viejita y tenía el rostro con las arrugas del tiempo. Era conductora y tenía un programa muy respetado, en el que podía decir cosas sabias, porque estaba cómoda en esa edad, era creíble.
También en Italia, estando en una plaza de Roma, pude ver que estaban todos los viejitos (los respetados nonos) jugando a las cartas y tomando Cinzano, con gran dignidad, y la gente iba a preguntarles cosas. El que vio la película casi hasta el final, sabe perfectamente cómo es, y puede avisarle a los otros cómo viene la mano de la vida.
Pero en la Argentina , cuando llegás a esta etapa, te meten en un geriátrico y no aprovechan la historia, que es necesaria para construir el futuro.
En el Amazonas no hay jubilación de viejos. Yo fui hace muchos años, de aventurero, con mochila y bolsa de dormir, y ahí estaban los viejitos de la tribu mirando el río Xingú que desemboca en el Amazonas. Y pensé: "Ahí está la biblioteca nacional"... Uno sabía de partos, otro de canoas, otro de plantas medicinales, a ellos los cuidaban mucho, porque eran los transmisores de la sabiduría, no había transmisión escrita (se moría el de las canoas y tenían que cruzar nadando…) Tenían una dignidad como los que vi en la India. Allí , en el proceso de vida, se respetan todas las etapas.
En estos países de la cultura occidental, tecnológica, donde lo que no es nuevo hay que tirarlo, lo mismo se hace con los seres humanos, y eso es una tontería. En la cultura norteamericana todos tienen que ser jóvenes y lindos.
Hay una etapa de la vida en que uno es niño, otra en que es joven, otra donde es adulto y otra donde es viejo. Nosotros atravesamos las cuatro etapas de la vida, si negamos una, vamos a tener problemas. Si se nos niega la infancia vamos a perder la creatividad, si se nos reprimió la adolescencia, vamos a perder la rebeldía.
Lo importante es seguir creciendo, es como pasar por distintas estaciones. En cada una hay que bajarse y tomar el otro tren (son las crisis evolutivas). Algunos se bajan en una y ahí se quedan, no siguen en el viaje de la vida.
Cuando no se transita uno de los pasajes evolutivos, se produce una perturbación. Si la niña no puede genitalizarse, queda en un vínculo infantil y no asume sus posibilidades de hacer pareja, es la hija que queda captada por un padre muy sometedor,  tiene cuarenta años y vive con el padre. Pero no puede hacer pareja con el padre por el incesto y por la diferencia de edad, son dos mundos distintos. Lo mismo ocurre con el varón, cuando muere el padre, y la madre lo coloca en el rol del hombre.
La concentración urbana genera la familia nuclear: papá, mamá y uno o dos hijos, donde es tan pequeño el espacio, que no cabe el abuelo, va al geriátrico, después tienen que mandar al nieto a la guardería, pero ¿quiénes son los mejores cuidadores para el nieto? el abuelo y la abuela. ¿Qué mejor maestra jardinera que un abuelo o una abuela? Ambos están fuera de la producción, fuera de la tensión necesaria para la lucha cotidiana, ambos están en el mundo de lo imaginario...
En Santiago del Estero el tata viejo es un personaje muy importante. Es el que sabe la historia de la familia, transmite la información, losagüelos cuidan al gurí, las dos puntas de la vida se complementan.
En nuestro país la vejez está desvalorizada, los viejos son marginados, el cambio social fue tan brusco que su experiencia habla de una Argentina que perdimos, si terminan en el geriátrico, los tratan como chicos, los retan y los humillan, se deprimen y  aparecen todas las enfermedades que tienen que ver con las bajas defensas.
En cambio, en las sociedades más sanas, esta es una época muy rica, porque es la de la reflexión, que es parecida al juego y la creatividad, pero ya después de haber visto la película entera y haberla entendido. Es como el que viajó mucho y ahora puede ver el panorama del viaje.La última etapa es lo que se llama la senectud, que a veces tiene un deterioro grave,  neuronal, de las funciones mentales. De todas maneras, el final del proceso de la vida, que es la muerte, es un tema negado en nuestra cultura. El final, la agonía, a veces tiene características traumáticas, como algunos partos, al inicio. Los humanos somos todos de la tribu de los "Uterumbas", porque vamos del útero a la tumba.
Se puede estar en cualquier edad, incluso setenta, ochenta años, y el que tiene un proyecto se aleja de la muerte. Eso lo vi en Pichón anciano, él decía: “la muerte está tan lejos como grande sea la esperanza que construimos”, el tema es la construcción de la esperanza. ¿Cómo la podés construir?, si esa historia tiene sentido y se arroja adelante como esperanza. Padres que no le tienen miedo a la muerte hacen hijos que no le tienen miedo a la vida.
 ( Nota: Se refiere al Dr. Enrique Pichon Rivière)

jueves, 21 de octubre de 2010

Hoy reflexionamos con Wayne Dyer

Si usted no es su pasado, ¿quién es? Wayne Dyer
El famoso poeta libanés Kahlil Gibran escribió que sólo hubo una ocasión en su vida en que le faltaron las palabras. Fue cuando alguien le preguntó:
"¿Quién es usted?". Es una cuestión imposible de responder con apalabras, porque lo que somos carece de forma, y las palabras pertenecen al mundo de las formas. La respuesta a esta pregunta no se encuentra en el ámbito formal.
Cada uno de nosotros es un alma con un cuerpo, no un cuerpo con un alma. El alma no puede ser medida ni observada. Quizá la mejor manera de responder a la pregunta sea observando lo que no somos.
Me encanta la manera en que Nisargadatta Maharaj responde a este interrogante en I Am That (yo soy eso). Este autor escribe: Del mismo modo que los colores de esta alfombra los origina la luz, pero la luz no es el color, así el mundo es obra tuya, pero tú no eres el mundo. A eso que crea y mantiene el mundo puedes llamarlo Dios o providencia, pero en definitiva tú eres la prueba de que Dios existe, no al revés. Porque antes de que pueda plantearse ninguna pregunta acerca de Dios, tú debes estar allí para plantearla. Usted es la esencia, invisible, que demuestra la existencia de Dios y del mundo.
Más adelante en este pasaje, Maharaj añade:
El cuerpo está hecho de alimento y la mente de pensamientos. Considéralos tal como son. El desasimiento del cuerpo, cuando es natural y espontáneo, constituye la liberación. No necesitas saber lo que eres. Basta saber lo que no eres. Lo que eres nunca lo sabrás, porque cada descubrimiento revela nuevas dimensiones que conquistar. Lo desconocido no tiene límites... Imponte tareas en apariencia imposibles... ésa es la manera.
Su historia ha intentado convencerle de que a usted le corresponde tal o cual etiqueta que le han asignado. Usted adoptó esas etiquetas. Para borrar su pasado, es necesario que se quite todas esas etiquetas artificiales.
He aquí algunas de las cosas que usted no es:
Usted no es su nombre. Mi nombre, Wayne, traducido literalmente significa"constructor de carretas". El apellido Dyer significa "tintorero". Los indios de Norteamérica usaban nombres como Baila con Lobos o Pequeña Paloma Blanca para describirse los unos a los otros. En ambos casos, los nombres, las etiquetas, no expresan lo que las personas son.
El nombre le fue dado para ayudar a distinguir su cuerpo de los otros cuerpos de su entorno, y para proporcionarles a los demás una palabra que pudieran usar cuando querían referirse a usted. Pero ni por un momento piense que el nombre es usted. En realidad, el nombre es quien usted no es. Usted no es su cuerpo. Fíjese en el posesivo de la expresión "su cuerpo". Esto da a entender que el cuerpo es algo que se posee. Usted es el poseedor del cuerpo y la fuerza invisible que hay en él, pero no es el cuerpo en sí.
El cuerpo no es nada más que un conglomerado que incluye huesos, cartílagos, sangre, hierro, calcio, piel... Al consultar su pasado, hallará muchísimos traumas en torno a la importancia del cuerpo. ¿Le enseñaron que el aspecto decía mucho acerca de usted? A la mayoría de nosotros nos enseñaron a pasar horas delante de los espejos preocupándonos por la postura, el físico, la piel, la ausencia o presencia de pelo vello, el peso, la estatura y demás.
Pero estamos ante un falso yo.
Usted posee un cuerpo. No es un cuerpo. Usted no es su mente. Del mismo modo que decimos "su" cuerpo, también decimos "su" mente. Esto da a entender que usted es el dueño de la mente.
Con la mente piensa, y por lo tanto hay unos pensamientos y existe un ente pensante. Cuando le preguntaron a Maharaj si la mente era la persona, contestó: "Examínala con atención y verás que la mente siempre bulle en ideas. En ocasiones puede quedarse en blanco, pero lo hace durante un rato y retorna a su habitual inquietud. Una mente calmada no es una mente plácida. Dices que quieres pacificar tu mente. ¿Está en paz el que quiere pacificarla?". ¡Qué maravillosa pregunta, qué estimulante!
¿Quién es el dueño de la mente? ¿El dueño que busca paz está él mismo en paz? Quien en realidad es usted no es la mente sino el yo que hay tras de la mente. Y tal dueño no se encuentra en el plano de lo físico. Durante la mayor parte de la vida le han enseñado que usted es su mente. Ha estado formándose, asistiendo a clases ad infinitum e identificándose de alguna forma con lo que sabe.
Al dejar atrás su pasado, dejará atrás la idea de que usted es su mente. Usted no es su ocupación. Usted no es ni ingeniero ni profesor ni secretario ni tendero. Son elecciones que ha hecho su invisible yo como forma de cumplir con su misión en el aquí y ahora.
Cuanto más defina su trabajo su personalidad, más difícil le resultará conocer la verdad y alcanzar la libertad. Le es más fácil lograr la satisfacción y ser consciente de ser una criatura divina a cualquier vagabundo anónimo que haya desempeñado muchos trabajos, que a una celebridad atrapada en su imagen pública.
Identificarse con el trabajo que se desempeña puede mantenerle apartado de su verdadero yo superior. Puede inhibir su capacidad para conocer su yo espiritual, puesto que usted ha hecho que su vida gire en torno a su trabajo. Deshacerse del pasado implica despojarse de la idea de que uno es lo que hace. Recuerde este ejercicio de lógica: si uno es lo que hace, entonces uno no es lo que no hace.
Cuando se cree que uno es su trabajo, lo que se está haciendo es seguir una rutina establecida para dar un valor a vida; pero un valor que no tiene sentido. Nuestro yo espiritual no participa en esa tarea.
Al deshacerse de su pasado, abandona esta idea. Se convierte en lo que Stuart Wilde, en su sincero y brillante libro, The Whispering Wind of Change (Los susurrantes vientos del cambio), llama "volverse un minimalista". Los siguientes fragmentos despertarán su deseo de leer esta magnífica obra:
Nunca avances con prisa. Camina con lentitud, habla sopesando las palabras. Nunca te dejes llevar por las emociones y jamás permitas que la gente te manipule... Siempre hay otra posibilidad, siempre otro momento, y hay cinco mil millones de personas... Diles que tienes todo el tiempo del mundo, porque lo tienes, eres infinito. Recuerda que la más grande sabiduría que puedes alcanzar es la del no hacer. Son los tratos y situaciones que evitas los que te ayudan a conservar energía y permanecer independiente y fuerte... Con cada cosa que te comprometas, aumentarás tu carga.
Haga el esfuerzo de quitarse las etiquetas, y tenga presente que no es lo que hace. Usted es el que observa al yo que hace. Usted no es sus relaciones. Sin duda, la corriente de amor que existe entre usted y los integrantes de su círculo inmediato es muy importante, pero no es quien usted es.
Usted es un alma individual conectada con el todo, pero no es esa relación que mantiene con el todo. Identificarse con las relaciones proporciona gran frustración porque cada vez que hay un pequeño problema en ellas, como siempre habrá, uno se siente desdichado.
Recuerde que es eterno, y eso es inmutable. Mantiene un gran número de relaciones, todas las cuales son importantes, pero llegan y se van como su vida corporal, que va de la nada al aquí y ahora y acaba volviendo a la nada. Es un ir y venir y por lo tanto algo mutable.
Deshacerse del pasado implica despojarse de la creencia de que una relación fracasada le convierte a uno en un fracasado. No existen relaciones fracasadas. Con cada persona que entra en su vida y sale de ella se ha procedido a un mutuo compartir de lecciones de vida.
Algunos tienen papeles más largos que otros en la representación, pero a la postre, usted volverá a su relación con el absoluto. Nunca tiene que juzgarse a sí mismo de manera negativa por la naturaleza de sus relaciones. Puede aprender de todas ellas, sabiendo que usted es el observador de cuanto ocurre.
Usted no es su país, ni su raza ni su religión. Usted es un espíritu eterno, no un estadounidense, chino o africano. Carece de importancia el cuerpo que habite, el punto geográfico al que haya llegado, y la religión en la que crea. En la nada no hay ni budistas, ni católicos ni presbiterianos. Éstas son clasificaciones hechas para distinguirnos los unos de los otros en nuestra forma presente.
Estas identidades sólo tienen sentido en el paréntesis de la eternidad que denominamos vida. Rechácela y se identificará con el reino del espíritu.
Entonces ya no estará dispuesto a librar las luchas de sus ancestros, que han intentado convencerle de a quién debe odiar y a quién amar. Ya no asumirá la creencia tribal que le hace percibirse como mejor que otros en virtud de su lugar de nacimiento o color de piel.
Su pasado le ha transmitido las costumbres de su grupo. Pero usted no necesita estas limitaciones. Despójese de esa identificación con las etiquetas, y escoja la nueva perspectiva; la conciencia de la unidad. Usted está unido con todas las almas. Su apariencia o lugar de nacimiento carecen de relevancia.
Los que aún se encuentran atrapados por esas creencias le llamarán traidor, ingrato. Usted será capaz de darles amor y no tener en cuenta sus acusaciones.
En nombre de Dios y de la patria se han hecho las guerras y se ha asesinado a millares de millones de seres humanos. Usted sabe, al igual que todos, que esto es una violación de las leyes de Dios, que es inconsecuente con las enseñanzas de todos los maestros espirituales que alguna vez han caminado entre nosotros.
Sin embargo, la pauta persiste. ¿Por qué? Porque nos aferramos a nuestros pasados como si fueran nuestras identidades. Niéguese a identificarse con las etiquetas del grupo.
Verse a sí mismo como un ser espiritual sin etiquetas es una manera de transformar el mundo y alcanzar un lugar sagrado. Comience por tomar la decisión de ser libre despojándose de su pasado. Cuando uno se deshace de su historia sabe que no es ni su nombre, ni su cuerpo, ni su mente, ni su ocupación, ni sus relaciones, ni su identidad étnica o cultural. Así pues, ¿quién es usted? Lo que queda es lo invisible, lo intangible, aquello que constituye el núcleo del mensaje.
Lo que tenemos es similar a lo que un seguidor le pidió a Nisargadatta Maharaj que le aclarara. "Cuando miro a mi interior, encuentro sensaciones y percepciones, pensamientos y sentimientos, deseos y temores, recuerdos y expectativas. Estoy inmerso en esa nube y no veo nada más", le explicó.
Nisargadatta Maharaj, que vivía en los suburbios de Bombay, en una humilde choza de adobe, evitando toda posesión y entregado a aquellos que buscaban conciencia espiritual, respondió: "El que ve todo esto, y también la nada, es el maestro interior. Sólo el es, todo lo demás parece ser. Es tu propio yo, tu esperanza y seguridad de libertad; encuéntralo, aférrate a él, y estarás seguro y a salvo"
¡Qué gran mensaje! El ser espectador es todo su ser. Es la respuesta. No puede describirse con palabras, pero lo conocerá mejor cuando se despoje de su pasado.

domingo, 17 de octubre de 2010

De dónde nace

“GOZAR MI VIDA”
Pienso profunda y verdaderamente que toda vida humana, aún rodeada de las peores circunstancias, es digna de ser vivida, que tiene un sentido que debemos encontrar, ya que no lo deducimos de manera inmediata. El sentido ayuda a mitigar el desconsuelo, pues existen muchas formas diferentes de enfrentarse a él. Cuando alguien otorga sentido a una situación perversa está subsanando la negatividad en una dirección positiva: el consuelo que surge como consecuencia del significado del sentido íntimo que un sujeto otorga intransferiblemente a una situación concreta. La vivencia del sentido es una experiencia subjetiva, igual que la felicidad, pues aquello que hace feliz a una persona no hace feliz a otra, ya que cada quien es único e irrepetible. Mis vivencias de dolor profundo, causadas por la infidelidad del hombre que amé, me enfrentaron a la locura y a la muerte. En tales circunstancias, luché denodadamente para no resignarme a quebrar interiormente y no dejarle ganar la batalla al sin sentido, al hoyo oscuro, interminable que sentía que devoraba mi vida. Internaciones, curas de sueño, psicoanálisis, medicación, nada bastaba. Caía más pesadamente todavía. De pronto, el comprender, el desentrañar el sentido de lo que había pasado, se abrió paso en mi mente, como un rayo de luz. No sólo sobreviví a la situación trágica por la que pasan miles de desencantados, sino que también volví a vivir con ilusión y alegría una vez que quedó atrás aquella experiencia. Durante el tiempo que estuve internada no dejé de pensar en mis padres ni en mi hermana, que estaban en Buenos Aires, (yo en Frankfurt) y el hecho de volver a verlos era una promesa que me daba fuerza para seguir peleando para poner mi mente de pie. Por lo tanto, el amor a los míos fue uno de los sentidos que encontré para seguir viviendo a pesar de la dificultad y dureza de la depresión aguda. Otro motivo fue seguir investigando en las cosas que descubría en mis emociones y en el dialogo interno, muchas veces torturante. La psicología que había estudiado y practicado todo el tiempo anterior, no me daba respuestas a la angustia infinita que me encarcelaba con grilletes de acero, pues los puntos positivos del pensamiento freudiano reducían en exceso la esencia de la naturaleza humana que cobraba otra dimensión, vista desde adentro, hurgando en sus huesos. El hecho de dotar de sentido experiencias tales como la traición, la mentira, el desamor, la violencia, la enfermedad o la muerte conforta al humano, ya que contribuye con razones o motivos que encuadran el sufrimiento en un punto del tiempo y el espacio dentro de la historia del sujeto, pero no de su totalidad. Por lo tanto queda resto indemne para ser vivido. Entonces entendí que no hay ninguna situación en la vida que realmente carezca de sentido. Esto significa que los aspectos aparentemente negativos de la existencia, y en especial el pentágono trágico en la que se incluyen dolor, culpa, castigo, pecado y muerte, pueden también transformarse en algo positivo cuando se observan desde la perspectiva correcta. Es decir, así como el ser humano puede añadir, con su actitud personal, sufrimiento al propio sufrimiento, como sucede cuando una persona se recrea continuamente en su propio dolor, (la víctima), cayendo, en la más oscura depresión, que es la huída de una situación por no se enfrenta, la felicidad empieza por la actitud que se adopta ante las circunstancias externas y comienza con la aceptación. La vida tiene alegría y placer, dolor y tristeza. Todos tendemos de manera natural a la felicidad y evitando en lo posible el sufrimiento. Sin embargo, el ser humano busca el sentido de las cosas, pues existen situaciones de las que no podemos huir por mucho que queramos, como queda de manifiesto en el caso concreto de un accidente, un abandono. Es en ese momento, donde el aturdimiento puede brotar en el alma, cuando aparece la necesidad de la búsqueda del sentido de esa situación. -El sentido aporta esperanza. El sin sentido, desesperación-. La esperanza es el regalo que una persona logra absorber en un momento de dificultad, ya que es una emoción orientada hacia el futuro, es decir, hacia un bien que está por venir. En cambio, la desesperanza cierra toda puerta hacia el mañana, porque transmite un grado de negatividad, tristeza e impaciencia tan elevado, que tapa la visión del proyecto. Otro de los ingredientes importantísimo en las situaciones complicadas, es el humor. Tener la capacidad de relativizarse y hacer bromas sobre uno mismo es una herramienta enorme para afrontar con éxito toda dificultad. Por supuesto, no es fácil utilizar el sentido del humor en un momento de dificultad ya que se trata de una capacidad que surge de forma espontánea. Sin embargo, en algunas ocasiones también puede trabajarse el humor y la risa, aún de manera forzada. Aunque sea un gran esfuerzo, produce tal actitud beneficiosa, no sólo para la salud anímica, sino también para estrechar lazos con otras personas a través del compañerismo, la amistad, la solidaridad o el amor. HUMOR, TRABAJO, ARTE, CREATIVIDAD Y ACTITUD: son algunas de las herramientas que podemos usar en la reconstrucción del SÍ MISMO. Un abrazo.- Tabby